Informe especial
El fondo contiene manuscritos, notas, fotos y correspondencia del fallecido Nobel
|
Mecanuscrito de Cien años de soledad de Gabriel García Márquez. / Cortesía del Centro Harry Ransom./elpais.com,elespectador.com |
|
Gabriel García Márquez revisa el texto de Cien años de soledad. / Cortesía del Centro Harry Ransom./Foto:Hernán Díaz./elpais.com |
|
Gabriel
García Márquez en la espuma de la fama por el otorgamiento del Premio
Nobel de Literatura 1982. /Biblioteca Nacional de Colombia./Nereo López.
|
Gabriel García Márquez con su viajero pasaporte cancelado./Centro Harry Random. |
|
Mecanuscrito original de El general en su laberinto de Gabriel García Márquez./Centro Harry Random |
|
|
Carta comunicado de la Familia García Barcha. |
La Universidad de Texas, en Austin, ha comprado el archivo personal del premio Nobel colombiano Gabriel García Márquez
y se convertirá en el lugar para que académicos, estudiantes y
admiradores puedan consultar fotografías, manuscritos, notas y
correspondencia del autor a partir del año próximo.
El fondo ya está siendo transportado a Estados Unidos, adonde está previsto que llegue esta semana. Stephen Enniss, director del centro de investigación en Humanidades de esa facultad, el Harry Ransom, asegura que la negociación para adquirir el archivo comenzó a finales de 2013, cuando el escritor todavía estaba vivo. La librería Glenn Horowitz
representó a la familia del autor en la venta. “Visité México [donde
García Márquez falleció y donde había pasado las últimas décadas de su
vida] en julio de este año para examinar el archivo de primera mano”,
cuenta Enniss. “Está en excelente estado”, explica.
El material incluye manuscritos originales de una decena de libros —Cien años de soledad, El amor en los tiempos del cólera y Memoria de mis putas tristes, entre ellos—; más de dos mil cartas, incluidas algunas de Carlos Fuentes y Graham Greene; borradores de su discurso de aceptación del premio Nobel de literatura
en 1982; cuatro decenas de álbumes de fotografías, las máquinas de
escribir Smith Corona, ordenadores y álbumes de recortes de periódicos
de Latinoamérica y del resto del mundo. “El Centro tiene un laboratorio
de conservación de primer nivel. Podemos guardar materiales de todo
tipo: papel, fotos, grabaciones, archivos de computadora…”, afirma
Enniss.
El director del centro Harry Ransom asegura que García Márquez “en
general, no tenía copias de sus cartas, pero hay muchas que recibió de
políticos y escritores”, por eso cree que “a la hora de estudiar su vida
y obra, sus conexiones internacionales dicen mucho de lo que fue su
trabajo”. En el archivo destacan los borradores de una novela inédita
del autor, En agosto nos vemos, así como investigaciones para El general en su laberinto y una copia mecanografiada y marcada de Crónica de una muerte anunciada.
“Los materiales documentan la gestación y los cambios en la obra de
García Márquez y revelan sus luchas con el lenguaje y la estructura”,
detalla el comunicado difundido por el propio centro académico. “Estamos
planeando organizar un simposio en otoño de 2015, cuando se abra el
archivo para la investigación”, adelanta Enniss sobre los planes de
futuro del material, que incluyen la digitalización de partes de la
colección para que el público general los pueda consultar también.
El Centro Harry Ransom alberga también el material de escritores como
Jorge Luis Borges, William Faulkner y James Joyce. “Estamos encantados
de que el archivo de Gabo viva en el gran y único Centro Ransom, donde
generaciones de estudiosos y amantes de su trabajo podrán profundizar su
aprecio y comprensión de su vida y su legado literario”, afirma el hijo
de García Márquez, Rodrigo García, en el comunicado.
En Colombia, la ministra de Cultura, Mariana Garcés, lamentó que la
documentación termine en Estados Unidos. “Es una lástima no tenerlo”,
declaró a la agencia Efe. Otro de los hijos del escritor, Gonzalo García
Barcha, dijo a la emisora colombiana Blu Radio que “el Gobierno colombiano nunca se hizo presente ni hizo ninguna oferta”.
Sin embargo, el ministerio de Cultura asegura que a finales de
2013, el Gobierno delegó en la directora de la Biblioteca Nacional,
Consuelo Gaitán, la tarea de comunicarle a la familia del Nobel su
interés en que el legado del escritor reposara en Colombia. “En las
ocasiones en que el tema fue abordado por parte de la Directora de la
Biblioteca, la familia manifestó su voluntad por aplazar cualquier tipo
de determinación sobre el particular”, dice un comunicado. Aun así, el
Ministerio dijo respetar la decisión de la familia, aunque insistió en
que la Biblioteca Nacional está en la capacidad de conservar y
digitalizar este tipo de archivo. Informa Elizabeth Reyes
Los papeles perdidos de García Márquez
Debate acerca de dónde deberían estar
estos documentos, que incluyen manuscritos corregidos de varias de sus
obras y cartas, entre otras piezas
A finales de 2013, la familia de Gabriel García Márquez contactó al
Centro Harry Ransom de la Universidad de Texas, en Austin (EE.UU.), para
negociar la entrega del archivo del escritor, que incluye manuscritos,
pruebas corregidas de sus trabajos posteriores a Cien años de soledad,
álbumes fotográficos e incluso computadores y máquinas de escribir del
autor, según el recuento de Steve Enniss, director de la institución.
Las
introducciones entre Enniss y su equipo, que incluye a José Montelongo,
experto en literatura latinoamericana de esa universidad, las hizo un
intermediario de la familia que contactó al centro por ser el lugar que
guarda archivos de William Faulkner, Virginia Woolf y Jorge Luis Borges,
entre otros escritores que influyeron en la obra de García Márquez,
según cuenta Montelongo.
Esta negociación se conoció ayer, cuando
un artículo del diario The New York Times anunció que los papeles de
García Márquez son ahora de la Universidad de Texas, gracias a una
transacción que Enniss no quiere discutir públicamente. La revelación se
hizo al mismo tiempo que el centro como tal aseguró poseer el material
que incluye, a grandes rasgos, siete piezas con manuscritos, obras de
ficción y la autobiografía del autor, cuatro piezas de correspondencia
(con escritores como Julio Cortázar, Graham Greene, Salman Rushdie,
Milan Kundera, entre otros) y al menos 10 piezas con álbumes
fotográficos, además de máquinas de escribir y computadores, cuyo
contenido aún es desconocido, incluso para el mismo Centro Harry Ransom.
“Tuve
la suerte de ver el material en México: fue un gran privilegio y una
gran suerte gozar de la hospitalidad de doña Mercedes y Gonzalo García
Barcha, quien fue uno de los hijos que estuvo ahí mientras estábamos
nosotros. Uno no puede evitar un sentimiento de gran emoción al estar
ante los documentos que nos permiten acceder al taller del escritor. Hay
también una cierta sensación de indiscreción por estar frente a papeles
que no estaban destinados a hacerse públicos”, cuenta Montelongo, quien
fue una de las personas que en julio de este año fueron a México para
evaluar los documentos.
“El archivo no incluye nada anterior a
Cien años de soledad, porque, me permito especular, en ese tiempo García
Márquez estaba más preocupado con la supervivencia que con la
posteridad literaria: era un hombre que viajaba mucho y era difícil
hacerlo con papeles y borradores. Cartas y fotos sí hay de la época
anterior a Cien años de soledad”, relata el catedrático. En ese viaje de
mediados de este año también estuvo Enniss, quien asegura que “el
material confirmó nuestras sospechas: que sería de gran interés para
alumnos e investigadores, pues es una ventana abierta hacia el proceso
creativo de un gran escritor, algo que resulta especialmente cierto en
el caso de Nos vemos en agosto”. Enniss se refiere a una novela no
publicada del escritor, quien consideró que aún no se encontraba lista
para ir a imprenta, aunque han aparecido fragmentos en The New Yorker y
en el periódico español La Vanguardia. El Centro Harry Ransom adquirió
los manuscritos de por lo menos 10 versiones de este trabajo que,
confirma Enniss, podrán ser consultados incluso mientras la familia del
autor decide qué hacer con el material en términos de publicación.
Claro, serán documentos que probablemente no sean fotografiados ni
escaneados ni puestos en línea, al menos hasta que esta cuestión no se
decida. “Es el manuscrito más rico en el aspecto de la composición, y
aunque sea la única novela no publicada de este archivo, es también una
de las más reveladoras en torno al proceso creativo del escritor”,
sostiene Montelongo.
Los documentos pasan ahora a un proceso de
catalogación que tomará unos meses, según las cuentas de Enniss. Una
parte del material de García Márquez estará disponible en línea y todo
el proyecto del archivo debe entrar en funcionamiento a mediados del
próximo año.
Casi predeciblemente, la adquisición del archivo por
parte de la Universidad de Texas, en Austin, desató un debate en
Colombia, pleno de patriotismo y algunas acusaciones alrededor de un
material que, en la visión de algunos, debería haberse quedado en el
país. Algunas versiones incluso señalaron que hubo una especie de puja
en la que el establecimiento cultural del país brilló por su ausencia.
Enniss, por su parte, asegura que no estuvo enterado de que hubiera
conversaciones para ofertar por el material por parte de instituciones,
colombianas o de otros lugares, y repite que el Centro Harry Ransom fue
contactado por la familia de García Márquez.
Al respecto, el
Ministerio de Cultura aseguró que “la directora de la Biblioteca
Nacional, Consuelo Gaitán, fue delegada por el Gobierno Nacional desde
finales de 2013 para comunicar a la familia García Barcha el interés
porque el legado del escritor reposara en Colombia y específicamente en
los fondos de la Biblioteca Nacional”. La familia del autor afirmó en un
comunicado que “…nosotros decidimos que el archivo de los documentos
literarios y del correo fuera al Centro Harry Ransom (…). Hay otra serie
de objetos personales de Gabo, como son la máquina en donde escribió
Cien años de soledad, la medalla y el diploma del Premio Nobel, así como
parte de su biblioteca personal, que están destinadas a la Biblioteca
Nacional de Colombia, con quienes hemos mantenido conversaciones durante
más de un año”.
Más allá de la inmediatez de la polémica, hay un
debate de fondo acerca de quién es el dueño de un escritor, o su obra
para este caso: el país donde nació, el país sobre el que escribió o el
lugar de donde proviene la lengua que usó para comunicar sus ideas.
Llegan a la mente ejemplos levemente problemáticos como Emil Cioran
(rumano de nacimiento, escribió en francés, murió en Francia), Joseph
Conrad (polaco, escribió en inglés y vivió en Inglaterra), Vladimir
Nabokov (ruso, catedrático estadounidense, publicó en ambos idiomas) o
incluso el mismo García Márquez: colombiano cuya obra está profundamente
vinculada al país y al continente, pero cuya carrera, en buena parte,
se desarrolló en México. Cabe
recordar que a mediados de los años 80 el autor salió huyendo del país
gracias a ciertas amenazas veladas por parte del Gobierno y los
militares de turno, todo esto según la propia versión del autor.
Ministerio de Cultura y Biblioteca Nacional se pronuncian sobre archivo particular de Gabriel García Márquez
Ante la información de que los archivos personales del Premio Nobel
Gabriel García Márquez fueron adquiridos por The Harry Ransom Center de
la Universidad de Texas, el Ministerio de Cultura y la Biblioteca
Nacional se permiten manifestar que la Directora de la Biblioteca
Nacional, Consuelo Gaitán, fue delegada por el Gobierno Nacional desde
finales de 2013 para comunicar a la familia García Barcha el interés por
que el legado del escritor reposara en Colombia y específicamente en
los fondos de la Biblioteca Nacional.
En las ocasiones en que el tema fue abordado por parte de la
Directora de la Biblioteca, la familia manifestó su voluntad por aplazar
cualquier tipo de determinación sobre el particular, hecho que le fue
comunicado a la Ministra de Cultura, Mariana Garcés Córdoba.
Sobre la supuesta subasta pública vía internet en donde se ofertaron
los archivos privados del Nobel, como lo aseguró un medio de
comunicación y se ha difundido en algunas redes sociales, el Gobierno
Nacional informa que sostuvo conversaciones telefónicas tanto con la
periodista del New York Times, Jennifer Schuessler, como con las
oficinas de Glenn Horowitz, también en Nueva York. Ambas fuentes
confirmaron que los archivos nunca estuvieron disponibles en subasta
pública y que su posible venta no fue anunciada por internet ni por
ningún otro medio.
El Gobierno Nacional lamenta que estos documentos no reposen en
Colombia pero respeta la decisión tomada por la familia. Aunque
reconoce que la Biblioteca Nacional de Colombia cuenta con la capacidad
para la conservación y digitalización de este tipo de archivos como lo
hace con la colección de Mutis, Cuervo y Arciniegas, también exalta que
el archivo literario de la Universidad de Texas es uno de los más
importantes del mundo, puede garantizar su conservación, así como el uso
para fines públicos y de carácter académico, además valora el prestigio
de este centro universitario donde reposan archivos tan importantes
como el del escritor argentino Jorge Luis Borges y el irlandés James
Joyce.
Mayores informes:
Oficina de Divulgación y prensa - Ministerio de Cultura
Ibon Munévar G.
Cel. 3005728817
Juan Carlos Millán
Cel. 311 8786743